Para todos aquellos desconocedores de la trama, Scarface (el precio del poder en nuestro país) narra las desventuras del cubano Tony Montana en el mundo del comercio de drogas. Mediante el tráfico de sustancias ilegales y su carácter agresivo, Tony consigue erigirse en el auténtico rey del mercado en la zona de Miami. Esto, además de reportarle cuantiosos beneficios, le convierte en el objetivo de un gran número de traficantes, además de ponerle en el punto de mira de la DEA. Finalmente, acorralado en su mansión, se enzarza en un auténtico festival de balas con los soldados enviados por uno de sus rivales, Sosa.
Scarface: The World is Yours (PC)
El final es conocido, Tony se ve sorprendido por la espalda mientras despacha a múltiples oponentes y cae muerto mientras el sueño americano llega a su fin. El título que nos ocupa sitúa su punto inicial unos instantes antes de este acontecimiento, justo cuando Tony se prepara para entrar de lleno en el tiroteo. Mediante la fórmula ¿que pasaría si....?, se propone al jugador continuar la historia del cubano, aunque con un status totalmente distinto al que goza en el inicio de la aventura. Así, Radical ha huído de reutilizar el conocido guión de Oliver Stone como argumento para el juego, prefiriendo transformar el teórico final de Montana en el inicio de una nueva etapa en su vida.
Scarface: The World is Yours (PC)
Aquí es donde corresponde al jugador tomar el control para guiar al narcotraficante a reconquistar su posición privilegiada en la ciudad de Miami. La estructura del juego es la de un mundo abierto, muy al estilo de la serie GTA, en el que Tony deberá encargarse de todo tipo de tareas hasta llegar a la cima de nuevo. A pesar de que a primera vista las similitudes con la serie de Rockstar parecen evidentes, según pasan las horas de juego se aprecian las bondades de Scarface y todas las novedades que aporta a esta exitosa fórmula de acción en tercera persona. Por ello, es importante puntualizar desde el inicio de este texto que el juego no es un clon de Gran Theft Auto que ha cambiado el personaje protagonista y modificado un par de detalles. Scarface es un calco de la personalidad de su protagonista, rudo, explícito y con ansias de gloria.
Living in Miami, chico.
Scarface: The World is Yours (PC)
La ardua labor de producción del juego ha resultado todo un éxito, que salta a la vista cuando circulamos por las calles de la ciudad. El sangriento ambiente del Miami de los 80, que Brian de Palma tan bien recogía en el film original, llegará a los jugadores de lleno cuando paseen por el extenso mapeado disponible. Tanto la caracterización de los personajes de la película como el uso de escenas sacadas directamente de la cinta, resultan elementos clave que consiguen una inmersión total del jugador en el corrupto universo de Tony Montana. Para redondearlo, el guión de David McKenna (Blow, American History X) dota al juego de un ritmo elevado en todo momento, manteniendo aĺgida la tensión durante las situaciones clave.
Scarface: The World is Yours (PlayStation 2)
En Scarface se nos ofrecerán kilómetros de mapeado que descubrir, divididos en dos grandes áreas. La ciudad de Miami será el punto de partida para recuperar nuestro status perdido, aunque posteriormente nos desplazaremos a las islas para asegurar que nuestra producción de cocaina llegue al continente en perfecto estado. Las drogas serán de nuevo la tabla de salvación para Tony, que deberá ejercer inicialmente de camello a pequeña escala para pasar a controlar grandes cantidades de coca. Afortunadamente para él, conoce este mercado mejor que nadie.
Scarface: The World is Yours (PC)
La colaboración directa de Al Pacino se deja notar en numerosos aspectos del juego, siendo la animación del protagonista y su repertorio de frases lo más destacable. Pese a que el actor finalmente no ha puesto su voz directamente al personaje, si que ha supervisado la selección del actor de doblaje que finalmente ha dado vida al spanglish del narcotraficante. Este detalle junto con la adición de su código de honor, que, al igual que en la película, nos impide hacer daño a los inocentes con los que nos crucemos.
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